Hacia 1957 comienza a idearse en Estados unidos un auto de 6 cilindros con capacidad para 6 pasajeros. La propuesta era crear un coche de menor tamaño que los Ford del momento y más pequeño que los autos europeos de importación. Es así como surge el Ford Falcon en 1959.
A la Argentina llega bajo la fabricación de Ford Motor Argentina desde 1961 hasta 1986 y continúa fabricándose hasta 1991 por Autolandia Argentina S.A (Ford Wolksvagen). Su presentación se hizo en 1962 en el Gran Rex y rápidamente se convirtió en el auto más venerado por el Turismo Carretera debido a su robustez y su dureza mecánica.
Se lo comercializó como sedán de dos y cuatro puertas, cupé sin parlantes, descapotable familiar de dos y cuatro puertas también y la camioneta Ranchera.
Fue un auto de buen confort al que se le podía exigir gran velocidad y que contaba con un interior muy espacioso. Sus renovaciones, en su país de origen, no tardaron en llegar y rápidamente comenzó a alejarse de la idea original. En cambio en la Argentina mantuvo las líneas originales durante 30 años a pesar que en el proyecto original solo se pensaba producirlo por apenas 4 años.
Los neumáticos, los tapizados y la batería era lo único que este vehículo tenía de fabricación argentina. Entraba desarmado al país y luego acá era armado por Ford Motor.
En el año 1963 sale el primer Falcon de fabricación nacional, con algunas modificaciones ya realizadas en Estados Unidos como ser: parante más ancho, desaparición de la luneta curva y el motor de 144 pulgadas pasa a ser de 177 pulgadas. Las luces traseras junto con el panel de instrumentos tampoco quedan afuera de la renovación.
El 14 de diciembre de 1964 con asientos tipo butaca, consola central y techo de vinilo llega el Ford Falcon Futura muy bien aceptado por su público llega a ser el auto más vendido de ese año. Dos años más tarde se le hace el primer cambio de importancia ya que todos se equiparon con los 170 y los 187 con una potencia de 116 HP.
En 1967 salió una línea familiar versión rural de gran confiabilidad y con un interior muy amplio. Este modelo fue de diseño puramente argentino.
En el ’70 se le realizo un rediseño, la parrilla modificada fue “adornada” con faros dobles en las series de alta gama, el motor se cambio al 188 y al 221 con 7 bancadas y la caja de cambio con 4 velocidades fue la consagración de este modelo. Pasó dos años sin cambios hasta 1972 que a la parrilla se le colocan barras transversales, se agregan también faros dobles y cuadrados, tableros con relojes redondos que contaba con velocímetro y cuentavueltas para el motor 221.
En 1973 nace la pick-up Ranchera, presentada en dos versiones una pesada y una liviana, ambas estaban equipadas con llantas de 14 pulgadas. Se incorpora el Sprint, la deportiva de Falcon, con novedosa gama de colores combinada con franjas deportivas, parrilla en color negro, lentes de giro anaranjados, luces altas de halógeno, llantas con banda roja. En cuanto al interior se presentaba todo en color negro, volante deportivo, butacas en cuerina y un panel de instrumentos con tacómetro, relojes de presión de aceite y amperímetro. Este modelo se realizó sobre la base del Futura con carrocería con motorización SP como equipo estándar.
En 1978 se lo mejora aún más y recibe un nuevo restyling con líneas más suaves y redondeadas, parrilla con faros rectangulares, rejilla de ventilación en el parante trasero. Además surge un nuevo Sprint bicolor con tres posibilidades de elección de interior, que son habano, azul y negro. El Sprint no se fabricó con interior color azul.
Hacia 1982 se le hace un rediseño completo y se le cambian los paragolpes, la parrilla, las luces, las molduras laterales, el panel instrumentos, los apoyacabezas delanteros, el volante de dirección y se incorpora el aire acondicionado a la plancha de manera tal que aún se mantenía es amplio interior del vehículo y la Futura pasa a llamarse Ghía.
En 1985 debido a la necesidad de abaratar sus costos frente al declive de sus ventas se eliminan los tapizados de cuero y las manijas dejan de ser cromadas para pasar a ser negras. Sin poder solucionar el problema de ventas, continúan su rediseño economizador. En 1986 se le extrae el característico techo vinílico, lo mismo ocurre en 1988 con las flamantes llantas de aleación y las cajas automáticas.
En 1989 con el fin de reducir el consumo del antiguo motor 188 aparece el 3.0 Max-Econo logrando un ahorro del 60 por ciento de combustible.
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